El Imparcial (México) , Gabriela Rivera, 3.02.2025

Un escándalo ha sacudido a Malasia luego de que las autoridades desmantelaran una organización presuntamente sectaria que operaba bajo la apariencia de un conglomerado empresarial y religioso. Global Ikhwan Services and Business Holdings (GISBH), que afirmaba abrazar los valores islámicos y gestionar orfanatos, está en el centro de graves acusaciones de abuso infantil, explotación laboral y violencia sexual, según CNN.

En una serie de redadas iniciadas en septiembre, la Real Policía de Malasia rescató a más de 600 niños de hogares gestionados por GISBH y detuvo a cientos de personas. Según las investigaciones, la organización obligaba a sus seguidores a trabajar y procrear en masa, supuestamente mediante violación, para llenar orfanatos y recaudar donaciones que financiaban los lujosos estilos de vida de sus líderes. Además, los niños rescatados fueron diagnosticados con signos de abuso físico y emocional, de acuerdo con el inspector general de policía, Razarudin Husain.

GISBH, liderado por Nasiruddin Mohd Ali, tiene sus raíces en Al Arqam, un grupo islámico prohibido en los años 90 por promover enseñanzas consideradas desviadas. Exmiembros relataron que vivían aislados del mundo exterior, sin acceso a teléfonos y solo informados a través de un canal interno de televisión.

En las redadas, la policía halló libros y fotografías del fundador de Al Arqam, Ashaari Muhammad, algunos enterrados en ríos. También se encontraron prácticas extrañas, como el uso de “agua bendita” con cabello de los líderes para rociar productos y alimentos vendidos en sus restaurantes. La hija de Ashaari, Ummu Atiyah, denunció que las mujeres dentro del grupo eran abusadas y que las donaciones servían para enriquecer a los líderes, quienes poseían artículos de lujo como motos acuáticas y autocaravanas.

Exintegrantes como Farid y Amir relataron cómo sus hijos fueron llevados a hogares gestionados por GISBH y criados como huérfanos. Los niños eran sometidos a maltratos, encerrados como castigo y manipulados para ver a los líderes del grupo como sus verdaderos guías. Además, las pésimas condiciones de vida les provocaban enfermedades como sarna y desnutrición.

Ante la presión mediática y las investigaciones, GISBH cerró sus establecimientos, eliminó su presencia en redes sociales y su director ejecutivo, Nasiruddin Mohd Ali, enfrenta cargos por crimen organizado. En un video, admitió la existencia de “uno o dos casos de sodomía”, pero negó las demás acusaciones.

El caso ha causado conmoción en Malasia. Aunque muchos recordaban a Al Arqam, pocos conocían sus vínculos con GISBH ni los abusos dentro de la organización. Las autoridades continúan investigando y la opinión pública exige justicia para las víctimas de este esquema de abuso y manipulación.