Men’s Health (España), Iván Iglesias, 16.08.2024

Son las 9 de la mañana en el paraíso español, estamos en el Marbella Club Hotel. Hemos dormido genial, nos hemos tomado un café bien cargado y acabamos de conocer a Luuk, que con una sonrisa nos dice: “Bienvenidos al mejor día de vuestras vidas”. Luuk Melisse va a ser nuestro guía de excepción de este entrenamiento que viene con la carta de presentación de «mindfulness de alta intensidad». Se llama Sanctum, triunfa en toda Europa y hoy pone a sudar al público marbellí.

En sus 70 años de historia, el Marbella Club siempre se ha caracterizado por promover el estilo de vida saludable en plena naturaleza. De hecho, pocos saben que la primera pista de pádel de España la construyó el Príncipe Alfonso de Hohenlohe en el Marbella Club. Fascinado por este deporte que triunfaba en Latinoamérica (sobre todo México), Hohenlohe decidió crear una pista en su hotel de lujo en 1974. Hoy las pistas de pádel están en la Finca Ana María, la nueva propiedad del hotel con más 50,000 metros cuadrados de extensión donde cohabita con una piscina only adults o proyecto de 10 jardines diferentes creados juntos a la institución francesa Deyrolle donde destaca el recién inaugurado Cabinet de Curiosités con sus cientos de mariposas.

Y ahora, en plena celebración del 70º aniversario del Marbella Club, el hotel vuelve a traer una de las grandes tendencias del fitness en Europa para que sus huéspedes disfruten de ella. Estamos hablando de Sanctum, una nueva disciplina fitness creada por la pareja Lukk Malisse y Gabriel Olszewski en Ámsterdam hace 4 años que ya ha conquistado ciudades como Tel Aviv, Londres, Ibiza y que hoy prueba con el público de Marbella.

«La mayor sinergia entre Sanctum y el Marbella Club es una pasión mutua por un bienestar innovador y una comunidad fuerte de personas curiosas por la autoexploración y el crecimiento personal», asegura Luuk en la entrevista posterior al entrenamiento. ¿O mejor llamarlo viaje espiritual?

«El Método Sanctum que combina elementos de kundalini, movimiento somático, qigong, Zen, etc. está diseñado para usar el cuerpo físico como un medio para alcanzar la mente y el corazón y alinear el cuerpo físico con tu yo mental y emocional. El resultado no es solo un cuerpo en forma y saludable, sino esta sensación instantánea de conexión, liberación y felicidad», nos indica el hombre que conceptualizó la secuencia Sanctum tras invertir muchos años en su propio desarrollo espiritual.

Sanctum es sin duda movimiento. Comenzamos poniéndonos nuestros cascos para escuchar en todo momento la voz de Luuk, que ejerce de guía en todo momento, y arrancamos con un hiking por los jardines de la Finca Ana María, el paseo marítimo de Marbella hasta llegar a Puente Romano. En sus míticas pistas de tenis -donde entrena, entre otros, Novak Djokovic- nos esperan varias filas de esterillas separadas por la red. A cada lado de la pista de tierra roja, un grupo de esmerados huéspedes que van a comenzar a poner a su cuerpo a prueba. «En Sanctum somos tus guías, pero tú eres tu propio maestro. Eso significa que uno puede ajustar la secuencia a su preferencia personal. Puedes hacerlo de manera suave o esforzarte hasta alcanzar la incomodidad y el autodescubrimiento».

Y vaya que si te puedes «esforzar hasta la incomodidad» porque es uno de los entrenamientos más intensos que he probado en mis días como parte del equipo de Men’s Health España (y son ya cinco años). Me encantó la parte de artes marciales, de animal flow, el trabajo de respiración y el fitness tratado de una forma muy primaria, muy básica. Y me encantó gritar, sacarlo todo, descargar y volver a cargar energía en este entorno único.

«El hogar de Sanctum está donde está nuestra comunidad, lo que significa en cualquier lugar y en cualquier momento. En Sanctum no tenemos ninguna ubicación permanente. En su lugar, emergemos en los lugares más espectaculares del mundo, como Marbella Club», nos comenta su creador, que nos ha llevado de los jardines a las pistas de tenis para acabar en el famoso embarcadero del Marbella Club con una sesión de baile frenético a las 11 de la mañana, a pleno sol y con el volumen de los cascos a tope (al menos en mi caso) mientras suenan los mejores éxitos de dance.

Crecimiento personal a través del entrenamiento físico, sudor que se convierte en endorfinas, Sanctum busca emociones y crea comunidad. Las sonrisas de reparten entre los asistentes: antes puros desconocidos, ahora miembros de esta comunidad del mindfulness de alta intensidad.