F. SALES El País, Barcelona – 18/06/1988

Los adeptos de la Iglesia de la Unificación Española, popularmente conocidos como moonies -seguidores del reverendo Sun Myung Moon-, se han dirigido a la comisión creada por el Congreso de los Diputados para investigar las actividades de las sectas en nuestro país. Un dirigente de la secta Moon pide, en una carta remitida a la comisión, objetividad a los parlamentarios en su labor. La comisión parlamentaria, que se formó hace cinco meses, celebró su última reanión el 15 de junio y en ella se acordó llamar a declarar a los representantes de las nuevas organizaciones religiosas a partir del mes de octubre. Entre las asociaciones que posiblemente serán convocadas está la Iglesia Moon, que vive desde hace 14 años una situación de clandestinidad en España, al haber denegado la Administración su inscripción en los registros.

Enrique Sánchez Motos, uno de los máximos dirigentes del movimiento Moon de España y secretario general de CAUSA-España (Confederación de Asociaciones para la Unidad de las Sociedades de América), envió el pasado 3 de junio una carta a los ocho parlamentarios que in tegran la comisión investigadora, en la que se les reclama una «exquisita objetividad» en la in formación que sobre sus traba jos se suministre a los medios de comunicación, ya que cualquier «malentendido» podría provocar una lesión en el honor e imagen y vulnerar el derecho a la presunción de inocencia de la asociación. La misiva acaba apelando al sentido de la libertad y la justicia de los políticos encargados de efectuar el estudio.A pesar de estas reticencias y puntualizaciones, el movimiento Moon en España colaborará plenamente con los investigadores y se someterá a todos sus requerimientos, mientras éstos se efectúen con absoluta objetividad, según aseguró el portavoz de Moon a este periódico. La política de puertas abiertas de esta congregación ha sido valorada positivamente en medios parlamentarios, ya que las comparecencias ante la comisión no son obligatorias.

La secta Moon se ha enfrentado en los últimos años a numerosas investigaciones parlamentarias y judiciales, la mayoría de ellas prornovida por los familiares de jóvenes captados por la organización, que han acusado a los moonies de «manipular» y «lavar el cerebro» a los adeptos. La polémica más espectacular relacionada con las actividades de esta congregación se inició en 1980 en el Reino Unido, cuando la secta acusó de difamación al periódico Daily Mail.

Este procedimiento penal, considerado como uno de los más largos y costosos de la historiajudicial británica, concluyó con una sentencia favorable al rotativo londinense y con un mandato de los magistrados para que se investigara la naturaleza de la Iglesia de la Unificación y de algunas de sus sociedades, con el fin de revisar su estatus de asociación caritativa que se beneficia de exenciones fiscales.

El pasado mes de febrero, el Fiscal general informó ante el Parlamento británico sobre la situación de esta investigación y artunció que desde un punto de vista legal la Iglesia de la Unificación y dos sociedades vinculadas a la congregación eran entidades religiosas. En opinión del fis,cal general británico, se había llegado a esta conclusión después de tomar declaración a numerosos testigos y tras haber desestimado, en el último momento, la posibilidad de plantear ante los tribunales un procedimiento judicial coxitra la secta para revisar su estatuto fiscal. La vista judicial debía de haberse celebrado el pasado 12 de abril, pero se suspendió a instancias del fiscal, al considerar las dificultades formales del procedimiento y las exiguas posibilidades de éxito.

El movimiento Moon de España ha calificado de «muy positiva» la resolución británica y ha remitido recientemente copia del acta parlamentaria -en la que se recogen las tesis y las conclusiones del fiscal británico- a numerosos organismos políticos y asociaciones de nuestro país, en un intento de apoyar la petición de legalización de la Iglesia de la Unificación.

La conclusión del fiscal británico y el optimismo de los dirigentes moonies no son compartidos por estudiosos, políticos y asociaciones antisectas, que en reiteradas ocasiones han denunciado el carácter pernicioso de la congregación, así como la ambigüedad de la organización, que, en su opinión, se mueve a caballo entre la política y la religión.

Esta ambigüedad, según los estudios críticos, está buscada intencionalmente y ha quedado demostrada por la trayectoria de muchas de las asociaciones promovidas por los moonies, así como por las vinculaciones que estas organizaciones mantienen con determinadas estructuras económicas y políticas mundiales, casi siempre dentro de la extrema derecha. Las relaciones de la secta con políticos de extrema derecha se han puesto de manifiesto en las últimas elecciones legislativas francesas a las que concurrieron, dentro del Frente Nacional (FN), dos destacados seguidores de Moon. El propio líder del FN, Jean Marie Le Pen, reconoció a EL PAÍS que su campaña legislativa estaba financiada por los moonies.