La Vanguardia (España), Anna Buj, 18.02.2020
El esfuerzo del Vaticano por limpiar el nombre de los Legionarios de Cristo, una congregación católica que tuvo que intervenir por el alto número de sacerdotes pederastas, se podría ver empañado con un juicio que empezará el próximo marzo. Cuatro curas de los Legionarios de Cristo y uno de sus abogados son acusados de intentar obstruir a la justicia y extorsionar a la familia de una víctima de abusos sexuales. Todo ocurrió en el 2013, momento en el que la Santa Sede ya había tomado el control de la congregación.
El caso es clamoroso. Según cuenta la agencia Ap, los Legionarios de Cristo ofrecieron 15.000 euros a Yolanda Martínez a cambio de que su hijo se retractase del testimonio que había dado a los investigadores de Milán acusando al sacerdote Vladimir Reséndiz de haber abusado de él repetidamente cuando era un estudiante de 12 años en el seminario para jóvenes de la orden en el norte de Italia. Le habían pedido que mintiese.
El caso cuestiona la efectividad de la intervención del Vaticano en la congregación
La madre llamó al cardenal Velasio de Paolis, una de las figuras más respetadas en el derecho canónico y a quien el papa Benedicto XVI había encargado poner orden en la congregación, pero el cardenal no pareció sorprendido ni compartió su indignación. Le recomendó no aceptar el trato, pero le animó a trabajar en otro acuerdo sin abogados, porque “complican las cosas”. Esta conversación fue grabada y, junto a las seis páginas de la propuesta de acuerdo, serán las principales pruebas para el juicio. De Paolis, que murió en el 2017, conoció por primera vez los crímenes de Reséndiz en el 2011 y aprobó una investigación interna pero no denunció al cura ante la policía.
Estas acusaciones son significativas porque ponen en tela de juicio la efectividad que ha tenido la intervención del Vaticano en los Legionarios de Cristo. Y además, porque el juicio de Milán llegará pocos meses después de que se publicara una investigación interna demoledora para la congregación. Según sus datos, desde su fundación en 1941 hasta la actualidad por lo menos 33 sacerdotes han abusado de 175 menores de edad… Al menos un tercio de ellos fueron víctimas de su fundador, el padre Marcial Maciel, uno de los mayores depredadores sexuales de la Iglesia católica.
Los abusos de Maciel son una oscura mancha en el pontificado de Juan Pablo II. El mexicano estaba muy bien considerado por el papa polaco, quien admiraba sus posiciones conservadoras, su lealtad a las enseñanzas de la Iglesia y su eficacia para reclutar nuevos clérigos. Durante años, el Vaticano desestimó las acusaciones de varios seminaristas de los Legionarios que denunciaban que Maciel les había violado cuando eran más jóvenes. No fue hasta el 2006 que el Vaticano reconoció los crímenes de Maciel, cuando el papa Benedicto XVI le ordenó una vida de penitencia y oración.