Sur (España), Miguel Lorenci, 17.08.2012
Su doble vida fue casi secreta. Y bajo secreto se lleva al cine. El cura pederasta Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo y Regnum Christi, logró pasar por lo que no era. Pero poco antes de su muerte emergieron como un géiser las mentiras y patrañas que mantuvo bajo tierra durante décadas. Ahora el secreto sobrevuela el rodaje de la película que repasa la oscura y pecaminosa vida del ominoso personaje, un pedófilo rijoso que despachaba con papas, cardenales y banqueros, falso célibe con varias mujeres y un puñado de hijos de los que también abusó, adicto al demerol y la morfina y plagiador del libro de cabecera de sus legionarios. ¡Secreto, se rueda!, debió gritar Luis Urquiza, director de ‘Obediencia perfecta’, al dar el primer golpe de claqueta de la película que narra una vida disoluta que se quiso barnizar de santidad.
Aparte del título, poco se sabe del reparto, el guion y las localizaciones de la cinta que se rueda desde hace dos semanas en algún lugar de México sobre el influyente y falaz cura mexicano Marcial Maciel Degollado, nacido en Michoacán en marzo de 1920 y muerto en Florida en enero de 2008, con 87 años. Fue el fundador de la Legión de Cristo, empeñada hoy en borrarlo de su historia. Presente en una veintena países, mantiene colegios y universidades, un batallón de seminaristas, casi un millar de sacerdotes y 70.000 seguidores.
El descenso a los infiernos de Maciel comenzó una década antes de su muerte. Antiguos alumnos de sus centros comenzaron en 1997 a denunciar que fueron víctimas de unos abusos sexuales en los que el cura incurría desde los años cuarenta y que se encubrían. Se sabría luego que convivió con al menos dos mujeres con las que tuvo seis hijos de los que también abusó. Que predicando la austeridad vivía en la opulencia, y que fue un mago de las finanzas en su propio beneficio. Impuso el voto de silencio a sus legiones cristianas para protegerse y llegó a ser acusado de envenenar a su tío abuelo, Rafael Guízar, obispo de Veracruz, que avaló su ¿piadosa? y fulgurante carrera ante la curia vaticana.
«Es importante llevar la historia de Maciel al cine. La católica sociedad mexicana es consciente de un problema hoy evidente en todo el mundo; una tragedia espantosa y que no solo golpea a miles de niños y niñas que fueron abusados, sino también a la credibilidad de la institución», dice el excura Alberto Athié, asesor en la realización de ‘Obediencia perfecta’ y coautor del libro ‘La voluntad de no saber’, que aborda la protección y la complicidad de la jerarquía católica con Maciel.
Cómplices
«No es el caso de un único individuo; otros, aprovechando su investidura, cometieron abusos o los encubrieron y quedará claro en la película», anticipa Athié, que renunció a la sotana en 2000 para denunciar de los abusos de sacerdotes pederastas. Sostiene que el Vaticano, y en concreto el hoy pontífice Benedicto XVI, supo siempre de los abusos sexuales cometidos por Maciel. Asegura que ‘Obediencia perfecta’ denuncia la protección que altos jerarcas católicos en México y el Vaticano ofrecieron a Maciel, una presencia constante al lado de Juan Pablo II en tres de sus viajes a México y que aspiraba a la canonización.
La jerarquía vaticana echó tierra sobre el asunto cuando emergieron las denuncias. Tras años de desmentidos, la Iglesia inició una investigación que en 2004 obligó a Maciel a abandonar la dirección de la orden. En 2006, con todas las evidencias en su contra, fue despojado de su ministerio sacerdotal y conminado a l retiro en « una vida de oración y penitencia».
En 2010 los propios Legionarios de Cristo reconocen que su fundador cometió reiterados abusos sexuales y es padre de hijos con al menos dos mujeres. En mayo se ordenaba la retirada de las imágenes del otrora venerado fundador de la cristiana legión y de toda referencia a Maciel en su seno. Luis Urquiza, productor de larga trayectoria, se pone por primera vez detrás de la cámara con esta cinta que recorre la vida de Maciel desde su juventud, recrea la fundación de la orden, su vida adulta y su vejez, cuando se revela su condición de pederasta.
Años de escándalo
1997-98. Antiguos legionarios denuncian los abusos en medios mexicanos. La abogada austriaca Martha Wegan entrega al Vaticano un informe sobre Maciel.
1999. El cardenal Joseph Ratzinger, hoy Papa, conoce las denuncias. Releva a Maciel en 2004 y abre una pesquisa que archivará.