EFE (Kenia), 7.02.2024
Este martes, Paul Nthenge Mackenzie, líder de una secta keniana que hizo ayunar a cientos de sus adeptos hasta la muerte, fue acusado junto a otros 29 presuntos socios de matar a 191 niños. Las pruebas son contundentes y terroríficas: los cadáveres fueron hallados enterrados el año pasado en un bosque del sur del país.
Se dice que Mackenzie y su grupo persuadieron a unas 430 personas de ayunar para morir y, en consecuencia, encontrarse con Jesús. Los socios de Mackenzie negaron sus cargos ante la jueza del Tribunal Superior de la ciudad costera de Malindi, Mugure Thande.
Un abogado del líder de la secta, James Mouko, alegó ante el tribunal que el número de cargos resulta «opresivo y viola los derechos constitucionales del acusado». La Oficina del Director del Ministerio Público (ODPP, sigals en inglés), encabezada en la audiencia por el fiscal Victor Mule, se opuso a la liberación de los sospechosos bajo fianza. «El asunto que nos ocupa es complejo y los sospechosos no deberían ser liberados bajo fianza», argumentó Mule.
Esta es la tercera vez que las autoridades kenianas presentan cargos contra los presuntos responsables de la secta de Mackenzie, que ya se enfrentan a acusaciones de terrorismo y homicidio involuntario de al menos 238 personas. Mackenzie es el presunto responsable de la conocida como «masacre de Shakahola», en referencia al nombre del bosque del condado costero de Kilifi donde las autoridades hallaron en fosas comunes y tumbas la mayoría de los cerca de 430 cadáveres de su seguidores, muchos de ellos niños.
El líder religioso supuestamente convenció a los fieles de su iglesia de ayunar hasta morir, bajo la promesa de que así se encontrarían con Jesús. Las autopsias realizadas posteriormente mostraron que, además de los rastros de inanición en todos los cuerpos, algunos tenían también signos de estrangulación y asfixia. Se ven agujeros cavados después de exhumar cuerpos en la fosa común donde se creía que una secta practicaba la hambruna masiva en Shakahola.
Así, las investigaciones de la Policía apuntan a que los fieles eran forzados a seguir con el ayuno aunque quisiesen abandonarlo. Las autoridades kenianas arrestaron a Mackenzie el pasado 14 de abril y desde ese entonces se halla privado de libertad junto con cerca de treinta coacusados. El pasado 31 de enero, el Ministerio de Interior de Kenia designó a su secta, la Iglesia Internacional de la Buenas Nuevas, como un grupo criminal organizado. Mackenzie fue arrestado el 14 de abril de 2023.