El Confidencial (España), Alejandro Requeijo, 10.03.2025

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcorcón ha procesado a un profesor de una escuela evangélica de Móstoles (Madrid) que presuntamente aprovechó su condición de responsable en el centro religioso para acercarse a los niños mediante regalos o conversaciones de móvil y mantener con ellos contacto sexual. Este individuo, que fue detenido en octubre de 2023 a partir de una denuncia presentada por las familias, agredió sexualmente al menos a tres menores de edad, según consta en el auto judicial al que ha tenido acceso El Confidencial. Las víctimas tenían entre 12 y 13 años cuando se produjeron los hechos investigados. A uno de ellos “le dio besos y le hizo tocamientos en sus genitales y varias felaciones”. A otro le realizó “tocamientos en sus genitales”. Al tercero le propinó un beso en la mejilla y en el cuello. “Los hechos relatados podrían ser constitutivos presuntamente de tres delitos de agresión sexual», dice este auto, que transforma las diligencias en procedimiento abreviado, y le acerca al banquillo de los acusados.

El investigado es Juan Francisco G.I. de 31 años de edad y nacido en El Salvador. Buena parte de la comunidad que conforma esta pequeña iglesia evangélica son de origen latino. El centro, llamado Fuente de Vida, se defendió cuando este periódico destapó el caso con un comunicado alegando que el investigado “ni ostenta ni ha ostentado cargos de responsabilidad o representación de esta iglesia”. Sin embargo, el Juzgado le identifica como “profesor” y añade que fue su rol en la iglesia lo que le permitió realizar las agresiones sexuales. Esta investigación se inició en noviembre de 2023 en virtud de un atestado de la Comisaría de Policía Nacional de Alcorcón. A lo largo de este tiempo, se ha tomado declaración al acusado, también a los menores y a sus madres. Se solicitaron informes psicológicos de los niños y también los antecedentes penales del profesor de la iglesia.

Las pesquisas arrancaron con cinco menores afectados, pero el Juzgado reduce los indicios a tres casos. El Grupo XXV de la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Policía de Madrid analizó el contenido de su teléfono móvil. Hallaron 104.250 imágenes divididas en varias carpetas. Muchas de esas imágenes eran pornográficas, si bien ninguna era de las víctimas denunciantes.
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El su comunicado, el centro redujo los “terribles hechos” a un solo caso, pese a que la información de El Confidencial ya daba cuenta de varias familias afectadas. Añadía, además, que el presunto “abuso” había tenido lugar presuntamente en el domicilio particular de la víctima y no en las instalaciones de la iglesia. Sin embargo, el auto judicial sí pone el acento en que el contacto se establecía en el centro y pone en duda la versión de la iglesia. “Resulta presunta e indiciariamente que el profesor dedicado a la enseñanza de la Palabra de Dios a los niños de la Iglesia Evangélica Fuente de Vida, en Móstoles, comenzó a tener relación amistosa y cercana con algunos de los niños que acudían a la misma con sus familiares, con los que empezó a tener detalles como regalos o conversaciones telefónicas, llegando a quedarse a solas con ellos en diferentes lugares (bien en la propia casa del niño, en su propia casa, o en la Iglesia) y a llegar a tocar sus partes”, dice el auto el 13 de febrero.

El auto apunta a una infracción del artículo 181 del Código Penal, castigado a con penas que van desde los dos a los seis años de cárcel. También al 183, que excluye de responsabilidad cuando los hechos cuentan con el consentimiento del menor, pero siempre y cuando el agresor tenga una edad similar o un desarrollo físico y psicológico similar. Fuentes fiscales indican que están estudiando el caso antes de decidir si acusan y en qué grado. Cuando el caso salió a la luz, la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE), de la que depende el centro, abrió un expediente para investigar los hechos y llamó a consultas al pastor de la iglesia afectada. De la entrevista surgió el compromiso de que la iglesia emitiese el citado comunicado dando explicaciones, pero en ese momento FEREDE rechazó emprender ninguna acción disciplinaria contra el pastor. No obstante, advirtió de que el expediente continuaba abierto a la espera de la investigación judicial.