La Voz de Galicia (España), Enric Bonet, 15.01.2025
Lo consideraron un héroe mientras vivía, pero su vida estuvo marcada por un sinfín de agresiones sexuales. Una nueva oleada de testimonios de víctimas ha agravado los abusos cometidos por el abate Pierre, el fundador en Francia de los traperos de Emaús. El carismático político y religioso galo, fallecido en el 2007, es acusado por otras nueve mujeres de haberlas acosado y agredido sexualmente. Lo que eleva a al menos 33 la lista de sus víctimas, según informó el lunes por la tarde el gabinete galo Égaé que investiga esos abusos por petición de Emaús y de la Fundación Abbé Pierre. Ambas organizaciones intentan realizar un ejercicio de transparencia respecto al sombrío pasado de su fundador.
La revelación en julio de las siete primeras víctimas que se conocían del abate Pierre supuso un shock en Francia. Este religioso conocido por sus actividades caritativas había sido considerado durante años como la personalidad preferida por los franceses. Desde el verano, sin embargo, se revelaron sus comportamientos reiterados como agresor sexual. A los primeros siete testimonios se le sumaron 17 más en septiembre, en un segundo informe. Esas revelaciones no resultaron ninguna sorpresa para la Iglesia francesa, puesto que en sus archivos se refería al religioso como «un enfermo mental» que «pierde el control de sí mismo, sobre todo tras el éxito de sus libros».
Las víctimas reveladas esta semana sufrieron esas agresiones entre los años sesenta y a principios del siglo XXI, cuando el abate Pierre ya era un anciano de 90 años. Entre ellas, hay una enfermera, una azafata de vuelo, varias empleadas en hoteles, jóvenes que asistían en campamentos religiosos. Casi todas ellas eran veinteañeras. Las agresiones solían consistir en besos forzados, tocamientos de pechos y caricias en las partes sexuales no deseadas, así como la obligación de ver al religioso masturbarse delante de ellas.
El informe de Egaé —transmitido a los representantes de Emaús en 40 países— indica que muchas de esas víctimas explicaron lo ocurrido en el momento de los hechos a su entorno o sus superiores. Sin embargo, aquellos que tuvieron constancia de ello se «rieron o minimizaron la situación», según el documento elaborado por el gabinete que codirige la militante feminista Caroline de Haas. Un abuso «cometido por el abate Pierre representaba algo incomprensible», aseguraron varias de ellas sobre la dificultad de testificar en el pasado. Tras haber sido agredidas y que no las creyeran, varias de ellas abandonaron entonces sus respectivos trabajos.
«Le pidió que posara para hacerle una foto»
Entre los últimos testimonios, una de ellas era menor de edad cuando la agredió. Otra formaba parte de la familia del abate. El informe lo describe como un hombre manipulador y que se beneficiaba de su impunidad y posición de poder para satisfacer su apetito sexual. «Una víctima explica que, tras haberlabesado de manera forzada y haberle tocado los pechos, el abate le pidió que posara para hacerle una foto», indica el documento.
Casi todas las personas afectadas eran mujeres, pero también se informa de un joven menor de edad al que penetró. No obstante, ese hombre prefirió no dar detalles sobre lo vivido y su testimonio no se cuenta entre los 33 casos conocidos hasta ahora. De hecho, el grupo Egaé afirma haber recopilado informaciones sobre una decena más de agresiones que no pudo detallar, puesto que aquellos que las sufrieron no quisieron hacerlo. Esta tercera revelación confirma el comportamiento sistemático como agresor del abate. Y elimina definitivamente la aureola heroica que le acompañó durante buena parte de su vida.