J.J.F – Madrid – El País, 10/01/1999

Salt Lake City, capital del estado de Utah (EEUU), es también el gran centro de la secta mormona, cuya historia desde el siglo pasado ha sido de lo más agitada. La polémica afecta incluso a su fundador, John Smith (1805-1844), calificado por sus contemporáneos como «analfabeto, bebedor de whisky e irreligioso». Murió linchado en la cárcel, donde fue recluido acusado de inmoralidad, falsificación, encubrimiento y otros delitos. Una de las escisiones tras su muerte, dirigida por Brigham Young -la otra seguía a la última viuda de Smith, que llegó a tener 48 esposas-, se instaló en el valle del Lago Salado.Allí, cerca de donde se han superado múltiples récords automovilísticos de velocidad, nació la ciudad que, con su prosperidad made in USA y con montañas cercanas, acabó ganando los Juegos del 2002 tras perder los de 1998 ante Nagano (Japón). Los Utah Jazz de la NBA también llevan dos temporadas haciendo gran publicidad de la zona. El éxito de 1995 se ha empañado ahora hasta límites insospechados. Salt Lake City no perderá los Juegos, pero el COI quiere evitar la sensación de corrupción generalizada. Aunque tiene firmados contratos a largo plazo, hay patrocinadores que ya han dejado traslucir su malestar por lo que de mala publicidad supone su colaboración olímpica.

La ciudad ha dedidido una campaña de limpieza absoluta. Hay cuatro investigaciones abiertas. Además de las del COI, del Comité Olímpico de EEUU y una interna del organizador, hay otra del FBI. Lo último descubierto ha sido el uso de tarjetas de crédito para pagar servicios sexuales a miembros del COI. No es nuevo en la historia olímpica, pero sí curioso que se hagan públicos los datos en la tierra de los mormones.