AGENCIAS – El País, Roma – 07/08/2001
El pasado 27 de mayo, el ex obispo de Lusaka (Zambia) Emmanuel Milingo conmocionó a la Iglesia católica al contraer matrimonio en Nueva York por el rito Moon con una joven coreana. El Vaticano amenazó entonces con apartarle de la Iglesia y puso un plazo para que ese matrimonio se rompiera: el próximo 20 de agosto. A dos semanas de dicha fecha, Milingo ha visitado al Papa para evitar su excomunión. «Ahora es necesario rezar, se han dicho muchas mentiras», ha asegurado el obispo díscolo esta noche tras su visita sorpresa al pontífice en su residencia estival de Castel Gandolfo (a las afueras de Roma). El Vaticano ha informado ya del encuentro, que según Milingo ha durado cerca de media hora y se ha desarrollado en presencia de Stanislao Dziwisz, secretario personal del Pontífice. «El encuentro ha sido el comienzo del diálogo que se espera dirija este asunto hacia un desarrollo positivo», ha dicho el Vaticano. El prelado rebelde había solicitado en repetidas ocasiones una audiencia papal, para poder permanecer en el seno de la Iglesia «y ser aceptado como un obispo casado». Según han señalado hoy sus colaboradores, Milingo estaría dispuesto a realizar un acto de «sumisión» para evitar la excomunión. La Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirige el cardenal Josef Ratzinger, difundió el pasado 17 de julio un comunicado en el se amenazaba con la excomunión a monseñor Milingo por su matrimonio. El texto vaticano aludía a las «graves» consecuencias de esta decisión y pedía al ex obispo que se separe de su esposa y rompa los lazos con la secta Moon, al tiempo que «declare públicamente su fidelidad a la doctrina y a la praxis eclesiástica del celibato y manifieste su obediencia al Sumo Pontífice con un gesto claro e inequívoco». En caso de que esto no ocurriera antes del 20 de agosto la Santa Sede procedería a iniciar el proceso de excomunión, un gesto «doloroso», que «reza por el deseado retorno del prelado al abrazo con el Padre común», según expresaba el llamamiento firmado por Ratzinger. Días después de su boda, el Vaticano retiró la dignidad de obispo a Milingo y le consideró fuera de la Iglesia Católica, después de una trayectoria, en ocasiones polémica, que le había llevado a ser arzobispo emérito (jubilado) de Lusaka (Zambia).