RTVE (España), 28.09.2021
La docuserie Edelweiss, estrenada el pasado 22 de septiembre en RTVE Play, recupera una de las historias más oscuras de la crónica negra española. A lo largo de sus cuatro episodios, ya disponibles en la plataforma digital, descubrimos las entrañas de una secta que destruyó la vida de cientos de jóvenes entre 1971 y 1984.
Su líder, Eduardo González Arenas -más conocido como Eddie-, captaba niños de entre 10 y 12 años a través de un aparente grupo de montaña juvenil. Bajo su control, convencía a los pequeños de ser un extrarrestre de un planeta llamado Delhais, el único lugar al que podrían acudir para salvarse del fin del inminente fin del mundo que tendría lugar en el año 92. La única escapatoria era pertenecer a la Guardia de Hierro Edelweiss, una formación paramilitar, de ideología deudora del nazismo en la que se alentaban las relaciones pederastas entre monitores y estudiantes.
El lugar elegido para iniciar su actividad aparentemente inofensiva fue la parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, en el Distrito de Chamartín (Madrid). De ahí, sus tentáculos comienzan a extenderse por otras iglesias y colegios madrileños, e incluso, fuera de la región. Eddie llega a abrir centros en Alicante, Badajoz, Cáceres, Canarias o Vigo. Incluso ideó un proyecto que pretendía extender la red de corrupción de menores a nivel internacional.
Los primeros pasos: 1970 a 1976
Eddie empezó a dar forma a su red a finales de 1970, en Madrid, con el nombre de Asociación Juvenil de Montaña Edelweiss, pasando a denominarse a partir de 1971 Boinas Verdes de Edelweiss.
A medida que Eddie iba captando seguidores, también comenzaron las denuncias. Según su ficha policial fue condenado por: dos delitos de estafa y un delito de escándalo público entre 1971 y 1976. Para evitar que las autoridades le siguiesen la pista, el líder cerraba los grupos y creaban otros nuevos. Unos públicos, como los Rangers; y otros más sectarios como el grupo de corte filonazi denominado Camisas Pardas.
Primera condena en 1982
A principios de los años 80, Eddie ya fue condenado a seis años de cárcel por un delito de corrupción de menores. Varios menores le denunciaron víctimas de abusos sexuales, pero el príncipe de Delhais salió pronto de prisión.
La primavera de 1983
Lejos de amedrentarse, Eddie reorganiza un nuevo grupo de montaña junto a quienes en ese momento ya se habían convertido en sus guardias de hierro, Iñaki de Miguel y Carlos de los Ríos. Dos jóvenes que pasaron de ser víctimas a verdugos y que hacían de jefes en las ausencias de Eddie o en sus visitas a la cárcel.
Entre la primavera de 1983 y el 20 de noviembre de 1984, «aglutinó niños de entre 11 y 14 años a los que inculcó hábitos que les harían proclives a satisfacer sus propias apetencias sexuales», tal y como se recoge en la sentencia del caso años después. Todo ello bajo pretexto de fomentar el deporte y el contacto con la naturaleza.
El fin de la secta: 1984
Todo estalló a mediados de noviembre. Las autoridades recibieron multitud de denuncias y la policía procedió a la detención de Eddie y los monitores. Mientras que el líder de la secta fue condenado por corrupción de menores y enviado a prisión, al resto de miembros se les aplicó la condición de víctima-verdugo, e incluso, recibieron el indulto.
El juicio de 1991
Siete años después de la detención, comenzó el juicio a los dirigentes de este grupo sectario (un total de diez). Además del líder sectario y sus guardias de hierro, el resto de acólitos y ahora víctimas, también subieron al estrado para explicar el trauma que les había causado Edelweiss. Muchos tuvieron que ser tratados psicológicamente durante años, pero lejos de achantarse ante sus verdugos, confesaron las depravaciones a las que les sometieron.
El testimonio de los agentes de policía a cargo del caso fueron esenciales. Uno de los informes advertía: “La fe de los chicos en González Arenas es ciega, y ninguno de ellos hubiera dudado en realizar cualquier acto ordenado por él. Era como una cadena que más tarde hubiera sido muy difícil romper”.
Finalmente, el tribunal condenó a los diez acusados como autores de 28 delitos de corrupción de menores. Eduardo González Arenas, a 168 años; Carlos de los Ríos e Ignacio de Miguel, a 65 años (este último finalmente fue indultado en 1994); y el resto, a 28 penas de seis meses de arresto mayor. A los monitores se les aplicó la eximente por enajenación mental. Porque aunque la sentencia descartó que Edelweiss fuese una secta, sí admitió que utilizaron métodos similares.
Su puesta en libertad y el asesinato de Eddie en 1998
Eddie fue condenado a 168 años de cárcel, pero con tan solo seis cumplidos, gracias a su buen comportamiento, el líder de Edelweiss gozó en poco tiempo de libertad condicional. Así fue como en enero de 1997 salía por su propio pie de prisión.
En junio de ese mismo año volvió a ser detenido cuando la Guardia Civil de Santa Eulàlia (Ibiza) recibió una denuncia firmada por los padres de tres chicos de entre 11 y 14 años de la localidad en la que acusaban a González Arenas de haberles convencido para mantener relaciones sexuales. Sin embargo, la titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Ibiza, Marta Díaz, decidió poner en libertad al líder de la secta Edelweiss por falta de pruebas.
Un año después de salir de prisión, en septiembre de 1998, una de sus víctimas, Juan Martín García, acabó con su vida. El joven, una de las víctimas de Eddie, le espero en una de las calles de la ciudad ibicenca en la que residía y le degolló con un cuchillo.
Edelweiss es la primera producción original de RTVE Play, creada en colaboración con 100 balas – The Media Pro Studio, que ya tienes disponible en la nueva plataforma de la cadena pública. Un trabajo de investigación, en el que se mezcla el relato ficcionado con imágenes de archivo, que aporta nuevos datos y testimonios inéditos sobre una de las sectas más oscuras de nuestro país.
La serie, creada y dirigida por Eulogio Romero, cuenta con testimonios de primer nivel, entre ellos el de Carlos de los Ríos, víctima y verdugo, mano derecha de Eddie. Las intervenciones de Eduardo Bravo, uno de los periodistas que más ha investigado sobre el caso y experto en sectas y Perfecto Conde, nos ayudan a trazar la cronología de los hechos, también los datos aportados por José A. Ávila, inspector del caso Edelweiss o los del psicólogo especialista en sectas Miguel Perlado, con el que diseccionamos la mente psicópata de Eduardo González.
Edelweiss se desarrolla a lo largo de cuatro capítulos de 35 minutos que se estrenarán a la vez y que podrán verse gratis en RTVE Play. A ellos se añaden otras cuatro piezas documentales adicionales que forman el universo transmedia Edelweiss en los que se amplían algunos de los temas: sectas destructivas, fenómenos ovnis, líderes de sectas y pederastia en España, que se podrán ver tanto en la plataforma, como en el canal de YouTube de RTVE.