El Mañana (Mëxico), 1.11.2020

En una solitaria finca ubicada en el kilómetro 14 de la carretera nacional algo estaba sucediendo, más de 20 hombres y mujeres vivían ahí en extrañas condiciones, nadie sabía que ocurría dentro la enorme casa y los vecinos jamás imaginaron que justo ahí, era el hogar de una SECTA.

En la vivienda campestre habitaban 24 personas, hombres, mujeres y algunos menores de edad, todos pertenecían  una secta denominada “Los Defensores de Cristo”  la cual era liderada por el “Maestro Fénix”, un español cuyo nombre real es Ignacio González de Arriba y quien además se había autoproclamado “El Cristo Reencarnado”.

Acompañado de Losanger José Arenas Segovia, Alias “Losito”, venezolano, y Shoukri Elmernessi Alias “Tito”, de origen español engañaban a las personas para volverlos adeptos a su secta y abusar de los fieles.

La secta comenzó a operar en 2010 en territorio mexicano, exactamente en el estado de Coahuila, pero tiempo después se trasladaron a Nuevo Laredo donde rentaban una finca en el kilómetro 14 de la carretera nacional donde vivían en condiciones muy precarias.

Aunque solamente operaban en México, se estima que tenían presencia en 80 países diferentes gracias a su sitio web; tan solo en territorio nacional contaban con más de 4 mil adeptos quienes realizaban donaciones para mantener a este grupo religioso.

En la ciudad siempre actuaron de manera discreta, los vecinos poco sabían de ellos, pero de pronto se les hacía extraño ver a muchas personas reunidas en esta finca, la mayoría de ellos con aspecto descuidado e incluso sucios.

Los líderes del grupo atraían a las personas con supuestos cursos de Bioprogramación, además de temas como salud alternativa, poderes psíquicos, magia, sexualidad y entre otros por los que cobraban de mil 300 dólares hasta 130 mil; dinero con el que mantenían su movimiento.

Ignacio González de Arriba, además prometía compartir sus 343 poderes sobrenaturales de acuerdo al monto del dinero que le fuera depositado, aseguraba que parte de estos poderes ean: resucitarse a sí mismos, eliminar el cáncer mediante la imposición de manos, hacer caminar a paralíticos, leer la mente, comunicarse con ángeles, atravesar  paredes,  generar un corazón nuevo, levitar, duplicar el tamaño del pene, hipnotizar a las masas, matar a una persona con solo verla, entre otros; convertirse en un Dios del Placer Sexual, el poder para hacer todos los milagros que hacía Cristo, entre otros.

Gracias a denuncias anónimas de víctimas que lograron escapar, durante el 2012 se iniciaron las investigaciones.

Algunas de sus víctimas revelaron que González de Arriba promovía la poligamia y aseguraba ser el único que podía tener 10 mujeres, los demás miembros del culto solamente podrían tener 7 y eran las propias mujeres del grupo quienes le conseguían prostitutas para acostarse con él, ya que aseguraba las sacaba del pecado al acostarse con ellas.

También aseguraron que el supuesto líder  obligaba a las integrantes de la secta a tener relaciones entre ellas mismas y no accedían prácticamente las volvían esclavas, eran maltratadas y pasaban días enteros sin comer, ni beber agua.

En Nuevo Laredo tenían a sus seguidores durmiendo en cajas de madera, los obligaban a trabajar jornadas de hasta 20 horas sin descanso y vivían en medio de la suciedad y el mal trato.

Finalmente, tras varios años huyendo de autoridades y de las múltiples deudas que dejaron tanto en España, como en Coahuila, un 25 de enero del 2013 en un operativo de la entonces Policía Federal y el Instituto Nacional de Migración, lograron detener a González de Arriba en aquella finca del kilómetro 14.

Detuvieron a 24 personas, entre ellos 14 extranjeros, todos integrantes de Los Defensores de Cristo.

La finca fue cerrada con candados, pues algunos seguidores que fueron liberados intentaron regresar a vivir.

Ignacio González de Arriba, Losanger José Arenas Segovia y Tito Schourci Mohammed están consignados en el penal de Matamoros, Tamaulipas ante un juez federal, el caso fue investigado por  la Fiscalía Especializada en Delitos contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) de la PGR, por los delitos de abuso contra mujeres y menores, e incluso trata de personas.