Zócalo (México), 5.09.2013

Sólo tres de los 19 adultos, integrantes de la secta religiosa “Defensores de Cristo”, que fueron detenidos en Nuevo Laredo se consignaron ante un juez federal de Matamoros, Tamaulipas.

Entre los consignados se encuentra el español Ignacio González de Arriba, señalado como líder de la secta, quien podría ser procesado por diversos delitos como inducción a la prostitución, abuso de menores, fraude y asociación ilícita, y aunque se decía que también hay una investigación sobre posible tráfico de órganos, eso no ha sido confirmado por la subdelegación local de la Procuraduría General de la República.

Son en total 24 personas las que se encontraron en una casa ubicada a la altura del kilómetro 14 de la Carretera Nacional, hacinados, viviendo en promiscuidad y en medio de gran suciedad.

De ellos, cinco son menores de edad, que no serán procesados, pues son considerados como víctimas y se les canalizará a una dependencia que pueda atenderlos.

En el grupo sólo había 10 mexicanos y los extranjeros que no fueron consignados ante un juez se turnaron al Instituto Nacional de Migración, para que analice su estancia en México y sean deportados en caso necesario.

Salvación eterna y cura de enfermedades

La secta ”Defensores de Cristo” prometía la salvación eterna y curar enfermedades mediante técnicas milagrosas.

El Instituto Nacional de Migración confirmó oficialmente el desmantelamiento del grupo e identificó al líder de la secta como José Arenas Losanger Segovia, de origen venezolano y quien se encontraba en México con visa de turista, desde 2006.

La secta no sólo carecía de registro ante las autoridades, sino que además sus responsables “cobraban diversas cantidades de dinero a través de lo que denominaban ‘pago de diezmo’” a personas a las que presuntamente mantenían secuestradas, informó el INM.

“De acuerdo a las denuncias de familiares de los plagiados, los extranjeros privaban de la libertad a personas de varias edades, a las que les exigían realizar trabajos forzados para que pagaran la cuota convenida”, agrega la nota oficial.

La embajada de España en México derivó cualquier información sobre la detención de sus nacionales al Ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid.

La operación policial se realizó en el kilómetro 14 de la carretera que une Monterrey con Nuevo
Laredo.

La nota identifica al venezolano Losanger, como titular de la empresa Bioprogramación de Market 2000 y Corporación Fénix INC, así como la organización “Defensores de Cristo”. La primera compañía mencionada, según versiones de la prensa, ofrecía técnicas para evitar el dolor.

De acuerdo con “El Mañana”, entre las personas que se encontraban en el lugar donde se llevaron a cabo las detenciones había cinco menores, el menor de ellos de ocho meses. “La menor de 11 años supuestamente está casada con un hombre de 40, porque así lo permiten las creencias de la secta”, informaba ese diario del norte del país el pasado domingo.

En el sitio de Internet http://www.amarjesucristo.com, que la prensa mexicana vincula con la secta, aparece retratado el ciudadano español González de Arriba, lo identifica como “Maestro Fenix (el Dr. Ignacio González)” y asegura que tiene similitudes físicas con Jesucristo.

Engaños religiosos

Varias personas delataron estas arbitrariedades ante las autoridades, pero hasta ahora se procedió contra él; un ejemplo es Olivia (se omiten sus demás datos), quien terminó sin dinero, sin familia y destruida psicológicamente.

Olivia se enganchó con esta organización cuando buscó ayuda para superar la muerte de su hijo de meses. Fue en diciembre de 2008. Ella tenía 28 años.

Un amigo le habló de la existencia del Centro de Bioprogramación en Torreón, Coahuila. Ahí se ofrecían cursos para enseñar técnicas que permitieran “evitar el dolor físico, mejorar la autoestima, las relaciones familiares, desarrollar habilidades de comunicación”, según publicidad que Ignacio González pagaba en los medios de comunicación.

Olivia pagó 2 mil 500 pesos por el primer curso. “Desafortunadamente, me gustó lo que escuché”, dice esta mujer que continuó pagando y asistiendo a más diplomados del centro. En los cursos de “bioprogramación” es donde se eligen a las personas que después forman parte de “Defensores de Cristo”. Olivia recuerda que a los “elegidos”, a los “puros de corazón”, se les promete enseñarles los preceptos para el “doctorado en metafísica teológica”.

Algunos de estos preceptos son el conocer cómo hacer viajes astrales, cómo curar el cáncer, usar “la energía piramidal para hacer milagros”, la hipnosis, cómo hacer exorcismos, evangelizar por Internet, “aliviar” a los familiares de un fallecido, cómo “hacer el milagro de la prosperidad y bendición de negocios”.

Ser un “elegido” no es una excusa para no pagar los 180 mil pesos que cuesta el doctorado. Para poder pagar esa cantidad, Olivia trabajó en el Centro mismo; fue ahí que conoció la forma de operar de la agrupación dirigida por Ignacio González y en la que también colaboran el venezolano José Losanger Arenas Segovia y el boliviano Guillermo Rodrigo Bell.

Olivia se enteró que Ignacio tiene dos esposas: una ciudadana brasileña y una mexicana, de Torreón. Que su grupo cercano y quienes forman parte de Defensores de Cristo son alrededor de 20 personas, algunos de ellos son llamados apóstoles.

Que al ser parte de la agrupación debía tener relaciones sexuales con los apóstoles y las esposas de ellos. Que al ser parte del grupo “o”, tenía que buscar mujeres para que tuvieran sexo con González, porque “para ellos el sexo era obtener energía, ganar vida y llevar magia para el maestro”.

Cuando cuenta su historia, Olivia reconoce que es difícil creer que una persona esté dispuesta a quedarse sin dinero, a vender un riñón —como asegura que lo hizo uno de los seguidores—, a olvidarse de su familia y de ella misma, por un hombre que se presenta como líder, como el maestro o el gurú. “La verdad no te das cuenta de lo que haces. Es tanto el daño psicológico, el control que logran en ti que te vas sometiendo”.

En septiembre de 2010, Olivia tuvo un accidente automovilístico que la dejó en cama varios días. “Eso me salvó” —dice—.

La gente del grupo no me habló, nunca se preocupó por mi estado de salud. Yo no tenía dinero ni comida ni nada. Ahí me di cuenta de que yo no les importaba, que sólo me utilizaron cuando les era útil”.

En noviembre de 2010 Olivia se enteró que Ignacio y sus seguidores se mudaron a Nuevo Laredo.

Para Olivia no ha sido fácil retomar su vida. Se encontró con la Red de Apoyo a las Víctimas de Sectas (Ravics), organización que ya denunció ante la PGR a González de Arriba, a Losanger Arenas, Bell y a Tito Mernissi, por los delitos de asociación ilícita, defraudación, inducción a la prostitución, tráfico de mujeres y de órganos, ejercicio ilegal de la medicina y reducción a la servidumbre.

Héctor Navarro, abogado de Ravics, dice que su organización cada vez más recibe denuncias de personas que son enganchadas a través de páginas de Internet o de cursos “que prometen éxito monetario y sanación inmediata”.

Además de los Defensores de Cristo, Ravics también acusa a Nueva Acrópolis, de enganchar a jóvenes a través de cursos para después integrarlos a una agrupación que utiliza símbolos nazis.

Los miembros de esta secta, quienes deben pagar entre 10 mil y 100 mil dólares para ingresar, afirman que el autoproclamado Jesucristo –Ignacio González de Arriba– murió el 15 de febrero de 2000 de un ataque al corazón debido a “trabajar día y noche salvando vidas del suicidio”.

Integrantes de la secta

El blog defensoresdecristo-quienesson.blogspot hace una reseña detallada de los antecedentes delictivos de los integrantes del grupo “Defensores de Cristo”, en una página dedicada a estas personas explica cómo han hecho fraudes en otros países y cómo operaban en México, así como sus puestos dentro de la organización.

Líder: José Losanger Arenas Segovia. De origen venezolano, usaba los títulos de “reverendo”, “apóstol”, “experto en forex”, “doctor”, se ostentaba como entrenador de fútbol y “hacedor” de millonarios, así como promotor de la “Universidad de la bioprogramación”, la cual tenía su sede en Torreón.

Otro presunto líder: Ignacio González de Arriba, de origen español, detenido ya por la PGR. Según el sitio, dejó deudas en España diciendo creador de empresas millonarias, de las cuales sólo se conocen datos en Internet, promueve la poligamia en la comuna que mantenía en Nuevo Laredo. En una entrevista concedida a “Interviú” señala que puede “resucitar muertos, alargar penes y generar hasta 20 orgasmos”, ello con base en la “bioprogramación”.

Tito Shoucri Mohamed, también español de Fuengirola (Málaga), principal cómplice del cabecilla. Tito, actúa como su testigo dando fe de que “Cristo está vivo en la Tierra” y se presenta como un “Doctor en Metafisica Teológica”, aunque no existe tal carrera en ninguna universidad del mundo. Además dice también ser piloto de avión, cosa que piensa que dota de credibilidad su mensaje puesto que según él “nadie puede ser piloto de avión si está loco” porque hay revisiones psicológica periódicamente. Y concluye diciendo: “No soy un loco hablando tonterías, sino un doctor que os está hablando lo que vió y comprobó todo con sus propios ojos y de forma científica!”. Y sostiene que le acompañan otros 20 doctores y científicos, junto a un grupo de notarios y más de 200 testigos, que pueden confirmar su testimonio y demostrar científicamente sus muchos milagros.

Roseane Ribeiro Alves, de origen brasileño, “doctora”, “reverenda”, esposa principal de Ignacio González de Arriba y con quien tenía un hijo.

Ana Paulina Dávila Carrillo, mexicana, “doctora”, “reverenda”, “licenciada”, era la segunda esposa de González de Arriba, encargada de publicidad en Internet.

Otros miembros: Rodrigo Bell Becerra, Rafael Guia, Guillermo Cruz, Belén Segovia, Juan Meléndez, Encarnación Cantón Delgado, Lorena Palomera y María García Flores, todos ellos tenían funciones específicas de difusión y búsqueda de personas que se adhirieran al grupo.