Interviú (España), Danilo Albín, 8.10.2012

Resucitar muertos, alargar penes y generar hasta veinte orgasmos en una mujer. Son solo algunos de los milagros que Ignacio González de Arriba, un asturiano autoproclamado nuevo Jesucristo, promete enseñar a quienes se sumen a los Defensores de Cristo. Quien quiera formar parte del núcleo más selecto deberá pagar hasta 100.000 euros.

Nuevo Laredo, un municipio mexicano de 360.000 habitantes, está clavado en la frontera con Estados Unidos. Desde hace algunos meses, periódicos y páginas webs locales publican unos tentadores anuncios sobre cómo aprender a hacer dinero sin tener que marchar de esta ciudad. Los cursos responden al nombre de bioprogramación, una supuesta técnica para desarrollar la mente hasta niveles insospechables, alcanzar el éxito y hacerse exageradamente rico, además de eliminar cualquier problema de salud. «Te curas tú mismo primero, y luego curas a los demás», aseguran los anuncios.

Detrás de estas promesas está el mismísimo Jesucristo, o al menos quien asegura ser su versión moderna. El nombre del pretendido Hijo de Dios no es Jesús de Nazaret, sino Ignacio González de Arriba. Tampoco viene de Belén, sino de Gijón. En cualquier caso, el asturiano asegura que tiene un extraordinario parecido físico con Jesús, y así lo hace ver en uno de sus sitios en Internet de su secta, bautizada por él mismo como Defensores de Cristo. «Es muy parecido a Jesucristo porque básicamente tiene dos cejas, dos ojos, una nariz y una boca», ironiza el abogado argentino Héctor Walter Navarro, actual presidente de la Red de Apoyo a las Víctimas de Sectas (RAVICS).

Este jurista se desplazó a México para conocer de primera mano los testimonios de algunos ex miembros de los Defensores de Cristo. «En este grupo, hay varias categorías de mujeres. En el nivel superior están las esposas, porque él es partidario de la poligamia y tiene varias», señala el experto. Según trascendió las últimas semanas en Nuevo Laredo, el líder de este grupo -que ahora pretendería borrar su rastro en Internet-  estaría «casado» -no legalmente, sino en terminología de su grupo- con una brasileña y una mexicana. Debajo de ellas «están las concubinas -esposas que también tienen obligaciones- y luego están las concubinas-putas, que además de acostarse con él, deberán acostarse con los hombres que él ordene, aunque cobrando el sevricio». En el último peldaño figuran, según descubrió Navarro, «las putas, que son tan desagradables que él ni siquiera se digna a acotarse con ellas. Están únicamente para conseguir dinero para la secta».

Relación con los apóstoles

La mexicana Olivia Castillo, una de las víctimas de Defensores de Cristo que ha conseguido salir de esta secta, reveló a la pensa local que «al ser parte de la agrupación debía tener relaciones sexuales con los apóstoles y las mujeres de ellos». Castillo aseguró también que «tenía que buscar mujeres para que tuvieran sexo con Ignacio González, porque para ellos el sexo era obtener energía, ganar vida y llevar magia para el maestro», destacaba hace algunos días el periódico El Universal. Tras recoger estos datos, Navarro se personó en la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y presentó una denuncia contra González de Arriba y sus cómplices, entre los que figura otro español, Tito Mernissi, un joven oriundo de Fuengirola (Málaga) que le acompaña en sus andanzas. Tanto González de Arriba como Mernissi aseguran ser «doctores en metafísica teológica», carrra desconocida en ámbitos académicos.

En el caso del autodesignado Jesucristo, su curriculum icluye una disparata versión de su  propia muerte y resurrección: asegura que el 15 de frbero de 2000 de un ataque al corazón «producido por trabajar día y noche salvando vidas del suicidio». Al parecer, su muerte sólo habría durado 20 minutos, tras los cuales volvió a la vida. En ese intervalo, Dios le habría dicho que era el favorito  y que necesitaba que bajase a la tierra «a enseñar la verdad».

Con esta tarjeta de presentación, en noviembre de 2010, González de Arriba se afincó en Nuevo Laredo. Tanto él como los 30 miembros de la Sección 33 -el grupo más cercano al líder-  viven en una comunidad en las afueras de la ciudad. Mario -nombre ficitio- es familiar de uno de los españoles captados. «Primero hizo un curso de bioprogramación por Internet y, de esa manera, lo pusieron en contacto con Defensores de Cristo. Ahora, nos llama cada diez días y nos pide que leamos la Biblia y que todo lo que hace lo hace porque se lo manda Jesucristo», afirma a Interviú.

Para ser uno de los elegidos, el familiar de Mario tuvo que pagar 15.000 dólares. Otros, según señala Navarro, han llegado a pagar hasta 100.000 dólares. Entre quienes han dado dinero para sumarse a la secta hay más españoles, aunque no es posible determinar el número. «Se trata de un dato que deberían facilitarnos las autoridades mexicanas», afirma Miguel Perlado, presidente de la Asociación Iberoamericana para la Investigación del Abuso Psicológico (AIIAP)«Nos consta que en España pueden existir personas afines a terapias new age y diversas formas de esoterismo que han podido realizar cursos de bioprogramación como la primera puerta de entrada a la secta», advierte Perlado, quien ha constatado que existen algunos centros esotéricos que han incorporado en sus cursos técnicas del nuevo Jesucristo, «a sabiendas que todo ésto es un invento de ese señor».

Tampoco faltan los milagros de carácter sexual. Agrandar el pene, provocar hasta veinte orgasmos seguidos en una mujer, acabar con la impotencia y «dar la vitalidad de un toro» son otras de las maravillas que se aprenden en sus clases. «El riesgo para la salud mental de aquellos que se incorporan al grupo es evidente», señala Perlado, quien advierte que las víctimas de esta secta pueden sufrir «una desconexión progresiva de la realidad». Hace algunos días, uno de los españoles captado por el grupo se comunicó con sus familiares. Llevaban varios días sin hablar. Tras algunas palabras sobre la grandeza de Jesucristo, comentó que no tiene previsto volver.