Según las denuncias de varios ex miembros de la comunidad, el grupo de teatro Crisol tiene un carácter sectario porque los responsables de la asociación manipulan psíquicamente a sus integrantes con el objetivo de conseguir la desvinculación de su entorno social y familiar. Algunos de estos antiguos adeptos aseguran en las denuncias haber necesitado tratamiento psiquiátrico después de abandonar la organización, señalando que en algunos casos se ha llegado incluso a intentos de suicidio.

El titular del juzgado de Instrucción numero 23 de Barcelona, José Joaquín Perez Beneyto, abrió a principios de este año las investigaciones para determinar el presunto carácter sectario de la comunidad. Fuentes judiciales explicaron ayer que tres responsables del grupo ya han sido citados a declarar por estas denuncias, sin que se descarte que posteriormente sean llamados otros miembros según el rumbo que tome la investigación.

«Divulgación del teatro»

Según los Mossos d’Esquadra, los estatutos del grupo Crisol establecido en Montardit especifican que la asociación tiene el objetivo de «contribuir a la divulgación del teatro como medio de comunicación». Sin embargo, los ex miembros denunciantes aseguran que la comunidad persigue el alejamiento de sus integrantes de su núcleo familiar a través de métodos «de carácter sectario» como la manipulación psíquica y la enajenación. Según esta versión, las actividades teatrales y artísticas del grupo no son mas que una forma de mantenimiento económico para la comunidad.

No son de la misma opinión los integrantes del grupo establecido en la masía de «La Mola», quienes afirmaron ayer no tener conocimiento de las acusaciones recibidas ni de las citaciones del juez a tres de sus responsables. Para los miembros de la comunidad, el grupo Crisol se dedica exclusivamente a promocionar el teatro y otras actividades artísticas y culturales, tales como la música, las habaneras o los «correfocs», y sus integrantes conviven en la masía de Montardit «en la más absoluta libertad, sin que nunca se hayan registrado conflictos con los familiares».

Sin problemas en Montardit

Tampoco los vecinos de Montardit consultados por este diario  dijeron tener  conocimiento de actividades de carácter sectario por parte de la  comunidad de «La Mola», aunque precisaron que sus miembros tienen poco contacto con la poblacion. Sin embargo, vecinos de la localidad de Sales Bajas (Huesca), donde la asociación tenia ubicado un centro hasta hace algunos años  señalaron que recuerdan como los padres de al menos dos de sus miembros acudieron a la localidad  para «recuperar a sus hijos» ya que según les explicaron se habían desvinculado completamente de la familia  desde que se integraron en la asociación. Estos vecinos añadieron que los padres de una chica de  Huelva  se afincaron varios meses en un hostal de Barbastro para conseguir que abandonara la asociación.

Actualmente unos 20 jóvenes integran la comunidad de «La Mola», ubicada en el antiguo molino de Montardit, que adquirieron hace más de diez anos. Según sus miembros, el único problema de la asociación con la Justicia se produjo el año pasado a raíz de la celebración de una boda sobre una embarcación de rafting, siguiendo las tradiciones de la comuna de los cátaros, ceremonia que el juez no reconoció.