EFE, – Washington – 15/03/1979

Michael Prokes, ex jefe del gabinete de prensa del reverendo Jim Jones, después de justificar la masacre de Guyana y explicar que los miembros del Templo del Pueblo se suicidaron «porque no podían vivir en paz», abandonó la conferencia de prensa, se metió en el baño y se suicidó de un tiro en la cabeza.Prokes acusó anoche en la ciudad californiana de Modesto al gobierno de Estados Unidos de «perseguir a la Iglesia» y dijo que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) no cesaba de hostigar al Templo del Pueblo.

Cuando en un momento de la conferencia de prensa, y después de leer un informe de 42 páginas en el que intentaba justificar la masacre de Guyana, un periodista le preguntó si Jim Jones ordenó la muerte del congresista Ryan, Prokes se negó a responder, fue al cuarto de baño y se suicidó de un disparo.

Michael Prokes tenía 31 años y había sido periodista de la televisión. Se unió al Templo del Pueblo hace seis años, cuando en una entrevista ante las cámaras con el reverendo Jim Jones quedó prendado de su filosofía y decidió incorporarse a la secta.

Las autoridades de Guyana le detuvieron poco después del asesinato de Ryan y de los suicidios en masa del pasado mes de noviembre, cuando junto con otros dos miembros del grupo llevaba una cartera con 100.000 dólares,

Antes de suicidarse, la última víctima del Templo del Pueblo comentó a los periodistas, reunidos en un pequeño hotel de la ciudad de Modesto, que él perteneció a la Escuadra de la Muerte.«Los compañeros que se quitaron la vida lo hicieron porque no tenían elección posible y porque no querían permanecer en los infestados ghettos de Norteamérica. Murieron por todos aquellos que están oprimidos, y me niego a admitir que su muerte fue en vano», dijo.

 

Prokes dejó, al parecer, una nota en el lugar de su muerte, pero la policía se ha negado a revelar su contenido.

Ayer, cuatro meses después del asesinato del congresista norteamericano Ryan y del suicidio en masa de más de 900 seguidores del reverendo Jim Jones, se inició en San Francisco la subasta de los bienes de la secta.