Cooperativa (Chile), 31.03.2019

En marzo se cumplieron dos años desde que una Natalia Guerra fue declarada culpable de parricidio por la muerte de su hijo recién nacido a manos de la secta de Colliguay, momento desde el cual la mujer se encuentra prófuga, según informa El Mercurio.

El fiscal de Quilpué Juan Emilio Gatica acreditó que el bebé murió durante un ritual desarrollado en la secta.

Tras cinco años de investigaciones, fueron condenadas ocho personas, incluida Guerra.

Para la mujer se decretó una pena de cárcel efectiva, mismo caso que Pablo Undurraga. Durante la apelación ambos declararon haber actuado bajo un delirio místico.

El líder de esta secta era Ramón Castillo, un hombre que utilizaba el seudónimo de Antares de la Luz y que fue encontrado sin vida en 2013 en una zona aislada en la ciudad de Cuzco, Perú.