El Confidencial (España), Isabel Morillo, 19.05.2018

El médico tiene dos consultas abiertas. Una, en Sevilla capital. Otra, en un terreno de su propiedad en Chiclana de la Frontera (Sevilla), que reserva además para los ejercicios más especiales de su «grupo de brujos blancos», formado en 2012 coincidiendo con los que algunos de sus pacientes señalan como el inicio de «un proceso de radicalización» que se intensificó en 2013 y que le ha llevado supuestamente a extorsionar a sus pacientes, pidiendo importantes cantidades de dinero para poder salir del grupo. El punto de inflexión está en la creación de una Asociación en Defensa de la Salud Universal. Él habla de «un grupo de estudio y de investigación de prácticas saludables basadas en la medicina homeopática y en la medicina chamánica».

«No te equivoques, abandonar el trabajo del grupo cuesta 6.000 euros», «Son 8.000 euros por ser tú. En realidad debería ser el doble, así que déjate de gitaneo y págame lo que todos los que estamos en el tema sabemos que me debes». «Hola. Tu libertad vale 8.000 euros». Son extractos de mensajes escritos, que el médico Ángel Lara envía a sus pacientes cuando le comunican que quieren dejar el grupo. Algunos lograron salir sin pagar, pese a meses de persecución y amenazas a través de terceros. Hubo quien se arruinó por atender sus constantes y elevadas demandas económicas.

Algunos pacientes sí pagaron. Este periódico ha recabado el testimonio de uno que pide anonimato y que abonó la cantidad de 6.000 euros. «No hay claridad en ningún momento. No sabes donde te metes y llegas a una zona muy oscura», relata alguien que lo consideró su médico durante más de diez años y durante dos perteneció al famoso grupo de elegidos. «Montó el grupo con gente que hizo muy adepta a su filosofía. Es una persona con carisma, arrollador, muy poderoso, narcisista, hacía proselitismo y pedía dinero para todo», dice este paciente que abonó una elevada cantidad por salir. «Me costó un gran esfuerzo decir que quería abandonar el grupo. Me llevó tres meses salir. Me sentí muy presionado por otros miembros, sentía mucho miedo, ejercía control sobre mi a través del grupo. Nadie le discutía nada ni cuestionaba nada», aporta en su testimonio. Invirtió todos sus ahorros porque «solo quería olvidarlo de todo». Cuando le entregó la bolsa con el dinero, Lara apeló a su «juramento hipocrático» como médico.

Control sobre sus vidas

Jorge Naranjo, cineasta sevillano, desveló hace días en un hilo de Twitter su propia experiencia. La investigación de este medio ha podido acreditar que el homeópata del que habla es Ángel Lara. Otras de sus «víctimas», ellos mismos se sienten y definen así, tras salir, con mucho esfuerzo, de la dominación que el supuesto doctor ejercía sobre ellos, han accedido a hablar con El Confidencial.

Establecía un ejercicio de control sobre sus vidas que llevaba a decirles lo que tenían que comer, beber, cómo debían ser sus relaciones sexuales, qué música podían oír, qué lecturas hacer. Prohibía ver la televisión, tener redes sociales o mantener una relación fluida con las personas que no estuvieran bajo su influencia. Los ejercicios impuestos a diario llevaban tanto tiempo y dedicación que llegó un momento que trastornaban el sueño o impedían trabajar con normalidad. Siempre con la vigilancia de otros miembros. Creo subgrupos de cuatro personas donde unos se vigilaban a otros. El médico asegura que no era control sino «ayuda».

Al principio, el homeópata mantuvo una relación con sus pacientes mediante consultas personales e individuales por las que cobraba 180 euros. Después eran 300 euros al mes y finalmente, sin previo aviso, exigía el pago, por pertenecer al grupo de brujos, de hasta 900 euros que debían abonarse o llevar un paciente al mes para estar exento. Cada reunión eran otros 50 euros. Llegó un momento en que los miembros del grupo, unas 30 personas al inicio, debían pagar 40 euros mensuales por unas clases de inglés por Skype que impartían familiares directos del médico. Todo para poder participar en la internacionalización de sus enseñanzas. «Si no pagabas te acribillaba», cuenta una de sus víctimas. El médico cobraba todo en negro, pedía billetes de cien euros, exhibía fajos de billetes y defendía que el dinero era una energía necesaria para el mundo. El lucro del doctor no cesaba nunca. Después, tras la salida de algunos miembros, creo «un grupo especial» y subió a 500 euros, narra otro de sus pacientes.

Abuso verbal y emocional

Miguel Perlado, psicólogo y psicoterapeuta, especialista en sectas, conversó con El Confidencial para confirmar que sí tenía conocimiento de las actividades de Ángel Lara. «De este grupo tengo conocimiento desde hace año y medio. He podido atender a varias personas que han podido desvincularse. Ya había escrito algo sobre «las hazañas de un homeópata» en EducaSectas. Conozco la situación y su funcionamiento es bastante prototípico. He atendido a personas que han pasado por el grupo que este señor ha montado entorno a su persona. Gran parte de su puesta en escena pasa por una especie de combinación de elementos chamánicos, al estilo de Castaneda y otros, donde la dinámica es muy cerrada, todo gira entorno a su persona y hay evidencias por los pacientes atendidos de comportamientos abusivos verbal y emocionalmente a la par que espiritualmente», asegura.

Ante la pregunta de si es una secta lo que montó este médico sevillano, Perlado señala que «si bien, muy probablemente, este señor empezó su práctica basándose en tratamientos alternativos, es en el devenir del tiempo y en un proceso que se van gestando paulatinamente cuando el grupo va tomando otra dimensión». Con el paso del tiempo articula un grupo en torno a su persona con «un discurso maximalista donde él asegura que va a salvar a determinados elegidos de vivir en un mundo de ilusión y esclavitud».

Así se dirige a unos pocos, «los escogidos». Son sus «guerreros». «Hay ingredientes que vemos que son plenamente compatibles con un movimiento sectario, la vejación a una persona, el ensimismamiento, el cierre al mundo, el mantenimiento del secreto, las exigencias desmedidas, el abuso emocional, las prácticas abusivas… Todos estos ingredientes son los característicos, junto al discurso de un supuesto terapeuta autoproclamado, lo que observamos en un funcionamiento tipo secta», subraya Perlado. «Esto no significa que un terapeuta alternativo vaya a derivar en una secta, ni mucho menos, ese planteamiento sería erróneo», avisa.

No hay denuncias

¿Por qué no hay denuncias? «Es bastante característico por el trauma con el que se sale de estos grupos, variables según la persona y la mochila que llevase a la entrada del grupo. Las personas quedan rotas, desechas, desmembradas. Les queda un pánico y un temor cerval porque el otro sabe muchas cosas de mí, porque tiene poderes o capacidades más allá que podrían dañarme. El miedo se introduce hasta la médula espinal. Sumado al estado de confusión con el que se sale y la culpabilidad, que se inyecta en el grupo. Las personas quedan enajenadas y en un estado muy erosionado, con culpa, ansiedad, confusión, trauma», explica el psicólogo. «Desde el punto de vista legal además muchos se sienten impotentes para poder formular una denuncia, pero por mi experiencia como perito en los tribunales puedo decir que cuando hay claros abusos de esta índole se puede cursar denuncia», subraya.

El grupo era muy heterogéneo y muchos de sus miembros tenían estudios superiores. Profesores de universidad, catedráticos, profesores de instituto, guionistas, arquitectos, psicólogos, graduados sociales, trabajadores sociales… Otro patrón que suele repetirse en las sectas, que se nutren de estos perfiles para legitimarse y hallar personas con inquietudes y ganas de cambiar el mundo, explica el experto.

Un médico «íntegro»

En una conversación telefónica de 45 minutos con El Confidencial, Ángel Lara insiste en que un médico profesional con una larguísima trayectoria y una enorme vocación, pionero de la homeopatía en España. Exige que se le llame «doctor Lara». Su mayor interés reside en saber la identidad de las personas que han dado su testimonio. Asegura que es «una familia» que está «bajo la dirección implacable» del psicólogo Miguel Perlado, a quien reta a un encuentro con sus expacientes, cámaras y un notario y acusa de estar «cargándose la diversidad absoluta que tiene que haber en materia de salud». Sobre el grupo asegura: «No voy a negar que tenga una actividad que a ellos les resulte sospechosa porque no saben interpretar por falta de formación sanitaria y de formación estratégica humanista qué es el arte de curar y de hacer medicina». Este grupo surgió, explica, por la petición de dos psicoterapeutas sevillanas que le piden que comparte sus enseñanzas y a él invita a pacientes que llevan con él entre 8 y 10 años. «Se sumaron en libertad, todos adultos, ni uno solo con problemas de retraso intelectual ni jovencísimos de edad ni nada por el estilo», defendió.

El doctor Lara se define como «un médico íntegro y no un farandulero ni un buscavidas que esté montándose un negocio a costa de sus pacientes». «No, yo no trabajo con ánimo de lucro, cuidado», dice y defiende que si se mira «la relación que hay entre las horas que le he echado a esta familia, mi dedicación, siempre he salido perdiendo», aunque por supuesto no niega las tarifas que se describen en este reportaje. «Eso para ti te sirve como periodista para qué», espeta. También niega que pusiera precio o cobrara miles de euros a la libertad de su paciente, como consta en documentos por escrito en manos de El Confidencial y han narrado algunos de sus seguidores. «Eso no es así. Te lo explicaré personalmente. Por teléfono me resulta un poco ridículo porque podrías decir vaya argumentación que se ha sacado de la manga. Cuando nos veamos te diré mira lo que ha pasado con este y con el otro, siempre respetando una cosa fundamental porque voy a guardar secreto médico».

«No soy una especie de degenerado o un vampiro», aseguró el doctor Lara. «Empecé a ejercer en el año 80. Durante cuarenta años siempre he ejercido la medicina homeopática. Cuando llevaba veinte años de ejercicio profesional me di cuenta que necesitaba de la medicina chamánica, que se basa en el espabile del ser humano, no en la sedación ni la anestesia, que es lo que se practica en general en los tratamientos convencionales». Para él, el chamanismo es «la mejor medicina que ha inventado la humanidad», «se nutre de la tierra, el aire, el sol y te puedes tratar con estos elementos y te puede ir estupendamente».

Advierte del «daño» que se le va a hacer si sale este reportaje no solo a él «sino a la gente que depende de mi y de que él este a gusto sereno, tranquilo y con equilibrio para poder realizar su trabajo como he hecho 39 años». «Vais a encender la mecha en un barril de pólvora y lo lamentable es toda la gente que viene por detrás». Su mayor interés es ver a quienes han participado en esta investigación, sentarse con «esta familia para hablar tranquilamente y serenar a todo el mundo porque están en una situación de peligro». Finalmente, El Confidencial optó por no retrasar la publicación.

La ‘pillada’ del vídeo

En agosto de 2016 todo el trabajo de Ángel Lara estuvo a punto de salir a la luz pero él logró frenar su desenmascaramiento. La grabación de un vídeo en un encuentro de su grupo en la playa Cortadura de Cádiz lo puso contra las cuerdas. Las imágenes fueron publicadas por una portal independiente de la localidad gaditana de Conil de la Frontera. En febrero de 2017, tras meses de acoso y amenazas, los responsables se vieron obligados a su retirada y a publicar un escrito de seis folios de Ángel Lara. Fue todo «un teatro legal», admiten fuentes que estuvieron en ese proceso. Los citó en un juzgado de paz y les obligó a llegar a un acuerdo.

En el vídeo aparece el controvertido periodista Rafael Palacios como maestro de ceremonias. Él cuenta que lo invitaron a una charla en la Universidad de Cádiz que acabó convertida en un encuentro en la playa. El tema era «la guerra de sexos». Ángel Lara habla en su escrito del «daño» que hace a la sociedad la Ley de Violencia de Género. Para ese encuentro, dice Palacios, buscó sobre todo separados que pudieran sumarse a sus teorías.

«Era una reunión de unas 60 u 80 personas que caminaban alrededor o en círculos en la pared. El tipo se colocó detrás de mí y comenzó a dar instrucciones mientras daba mi charla. Entonces se me acercó una mujer, siguiendo su indicación, y se puso a darme masajes en la piernas, a hacerme estiramientos. Le pedí que parara. Mi impresión es que era todo un teatro muy bien organizado. Comenzaron a darse palmadas en la espalda que cada vez eran más fuertes y que se convirtieron en una agresión. Él dijo que era una práctica chamánica», narra Rafael Palacios. Tras acabar su charla empezó el «chantaje emocional» y los reproches del médico. «Es una de las cosas más absurdas que he vivido», asegura.

En el escrito que publicaron de Ángel Lara en la web independiente como acto de conciliación este alardea de su número de colegiado y de que su currículum está a disposición de cualquiera en el Colegio de Médicos de Sevilla. Se presenta como alguien que lleva 37 años en «el arte de curar» y 20 de «profundización en la medicina chamánica». Alude al British Homoepathic Hospital de Londres, al fundador hace 200 años de la homeopatía y habla de un «linchamiento» y de un «análisis diabólico» de su persona. Muchos comentarios a ese vídeo, que logró más de 8.000 visitas, ya hablaron de una secta.