JOSÉ M. CALVO – Washington. El País, 27/02/1994

Los 11 miembros de la secta de los davidianos que sobrevivieron al cerco y al incendio final del rancho Monte Carmelo de Waco (Tejas), el pasado abril, fueron ayer declarados inocentes de la acusación de conspiración para el asesinato de cuatro policías. El jurado del caso declaró culpables a ocho de los seguidores de David Koresh, quien se hacía pasar Jesucristo, de un delito de posesión ilegal de armas y otros menores. Tres de los miembros de la secta salieron completamente absueltos de¡ proceso que empezó hace mes y medio en San Antonio (Tejas).

La tesis de la acusación era que los miembros de la secta seguían una especie de «teología de la muerte» diseñada por su líder, David Koresh, que murió junto a más de 80 de sus seguidores en el incendio que se declaró en el rancho cuando la policía, después de 51 días de cerco, trataba de desalojar el recinto. La defensa ha conseguido convencer al jurado de que no se puede culpar a los 11 supervivientes de las responsabilidades exclusivas del líder de la secta.El jurado llegó a su conclusión en el tercer día de deliberaciones, casi un año después del comienzo del cerco. El viernes, los miembros del jurado solicitaron revisar de nuevo una pieza clave en la estrategia de la defensa: las cintas de las conversaciones telefónicas del 28 de febrero de 1993, el día del frustrado ataque de los agentes federales, y la grabación del día final del incendio apocalíptico que arrasó el rancho. En las cintas se escucha a uno de los davidianos gritar: «!Nos están disparando! !Hay 75 hombres alrededor del edificio y están disparando sobre nosotros! !Decidles que hay mujeres y niños aquí y que dejen de disparar!».

Según uno de los abogados defensores, los que gritaban así no eran capaces de conspirar para asesinar ni de matar a cuatro agentes.

El fiscal Planteó que los 11 acusados no eran pacíficos estudiantes de la Biblia, sino elementos peligrosos que sabían lo que hacían y que pertenecían a un grupo que había almacenado un arsenal de 300 armas, incluidas ametralladoras y granadas de mano.

El intento inicial de registro del rancho fue una catástrofe. Un chivatazo alertó a Koresh y los grupos especiales de asalto perdieron su mejor arma, el factor sorpresa. El intercambio de disparos terminó con cuatro policías y cinco davidianos muertos. Después de negociaciones delirantes con Koresh, que se presentaba como el Mesías, el cerco concluyó el 19 de abril.